En cada día de la Madre, socialmente solemos hacer un presente, un regalo, a nuestras madres. ¿Pero nos hemos detenido a reflexionar el invaluable papel que tiene? ¿La gran Misión que cumple? Desde la Cultura Gnóstica te compartimos algunas reflexiones sobre esto.

LA MISIÓN DE LA MADRE

La Madre ha sido elegida por la Naturaleza, entre todas los seres del Universo, para ejercer un papel único, debido a la perfección de su organismo. En primer lugar es la criatura en el Cosmos, que está diseñada por el Creador para que cumpla tres misiones en la Creación:

  1. Ella fue  hecha para ser Madre de un hijo de carne y hueso, labor extraordinaria de acompañar esa alma hasta que adquiera madurez y pueda desenvolverse sola.
  2. Puede ser también en el matrimonio la  madre de su esposo, cuando existe un amor verdadero: un amor físico y espiritual. Ella en ese connubio le da a su esposo su energía, lo anima y lo conforta en todo momento.
  3. Y cuando esa mujer se eleva espiritualmente, se convierte en un Ser Superior, puede ser Madre de la humanidad, lo que en las diferentes culturas le llaman Isis, María, Tonantzin.  O sea que ella es potencialmente;  madre física y madre espiritual de todos los seres.

El papel de madre es el grado más alto en la creación y hasta el día de hoy nadie ha podido imitar  ni igualar esa condición. Cuando una joven se casa y espera un hijo, le toca hacer un aprendizaje único. Solo las madres podemos experimentar esa ternura,  ese asombro de sentir que tenemos una criatura en nuestro vientre y que ella se mueve y reacciona por cuenta propia, en nuestras entrañas.

madre bebé

LA MUJER COMO MADRE

 La mujer es una individualidad, pero el destino ha querido que se le otorgue nueve meses en que tiene que aprender  a ser dos. Por eso es que  es considerada por todos una Reina y se le procura  la mejor alimentación y se la trata delicadamente, para que nada interrumpa ese proceso tan especial que es la gestación. Para ella son los mimos, todas las consideraciones y el respeto y en reconocimiento a su condición. Se le cede el asiento en el ómnibus y hay leyes que la protegen si la mujer es trabajadora.

Toda mujer es madre solo por el hecho de tener un vientre, sino veamos el «ensayo» que hacen  las niñas en el juego simbólico de las muñecas que  le dan la mamadera, las visten con ropitas, cocinan etc. Ellas juegan a las casitas y de esa manera  se están preparando para el futuro sin saberlo, es algo instintivo.

En la época de la Grecia antigua, la mujer que iba a tener un hijo, pasaba a un cuarto muy hermoso lleno de sedas y pinturas de colores delicados y de aromas exquisitos. Se evitaba que viera nada feo, sucio o violento, pues se creía que el niño le podría salir deforme. Los griegos fueron famosos por cultivar la belleza, tanto física como espiritual. 

Ayer y hoy, ante la mujer se prosternan humildes los poderosos  del mundo; reyes príncipes y potestades. Ella recibe  la veneración de todos los seres que pueblan el universo.                       

EL AMOR Y LA MADRE                 

                       

Por ejemplo nuestro planeta tiene un gran vientre que llamamos Madre Naturaleza. Esta madre es capaz de parir millones de criaturas de todas las especies. A cada una de ellas les da el cobijo de su regazo y los alimenta, sin preguntar si son buenos o malos.

Una vez escuché a un periodista le preguntó a la madre de un hombre que había cometido delitos muy graves: «¿Señora y usted porque va a verlo después de lo que hizo? « Y ella le contestó. «¿Qué quiere que haga? Es mi hijo». Esto nos enseña que nuestra madre nunca nos abandona.

El amor es el fundamento de  la mujer para transformarse y transformar a los demás con su energía maravillosa. Es la mujer la que regenera al hombre y lucha por la conciliación en donde esté. Así la vemos abogando por la paz, suavizando el ánimo de las personas en momentos de conflicto, socorriendo a los necesitados etc.

LA MADRE, PILAR DEL HOGAR

La mujer debe recobrar su lugar, de donde fue apartada,  ya que hubo una época en que se necesitó mano de obra barata, se la arrancó del hogar y fue explotada en trabajos poco femeninos, para posteriormente ser usada como objeto sexual para vender. Así fue que salió semidesnuda en los posters de propaganda, de toda una serie de artículos tanto en la televisión como en otros medios, y  hoy día en internet. Pero ella es la Cenicienta que no se limita a barrer, lavar y fregar. Con su Magia es capaz de transformar los zapallos en carruajes, y los harapos en  trajes de fiesta. Basta que se lo proponga.

Es mucho más fácil encontrar en una mujer valores muy elevados, tales como la sencillez, una dulce mirada, alguien que te comprenda, que pueda hacer grandes sacrificios por ti, que en cualquier otra persona. Esas son las condiciones que se necesitan, para orientar sabiamente a los hijos. No en vano la naturaleza le ha otorgado el privilegio a la mujer, de tener hijos.

LA INTUICIÓN DE LA MADRE

El Alma que una madre posee es el poder más grande de este Universo. La capacidad de una persona para recibir estímulos exteriores es la receptividad, que es una condición femenina innata. Quien sino una madre posee éste don que todo lo puede, y que la dota de sus mejores cualidades. Es ella la que sabe cuando su hijo está enfermo, y cuando le esconde un secreto que debería saber para corregirle. Esa capacidad que tiene para percibir directamente y por sí misma la verdad, los secretos más escondidos, los descubre en forma de intuición. Con humildad, expresa su sabiduría en forma sencilla en el día a día (hay quien dice que esto no se valora).

La famosa Ecuación del Amor o Ecuación de Dirac (físico matemático e ingeniero electrónico):  ’(∂ + m) ψ = 0’ define que:

“si dos sistemas interaccionan entre ellos, durante cierto periodo de tiempo y luego se separan, podemos describirlos como dos sistemas distintos, pero de una forma sutil, se vuelven un sistema único. Lo que le ocurre a uno, sigue afectando al otro, incluso a distancia de kilómetros o años luz”.

Esto significa, que el tiempo que ha compartido con su amado o con su amada una persona, ha llegado a transformarlo a tal punto, que sin importar que se lleguen a alejar, las dos personas seguirán siendo una sola. ¿Cuánto tiempo atrás las madres lo sabían? Cada mujer que se separa de su hijo o de la persona amada lo sabe y lo vivencia desde tiempos inmemoriales sin tantas matemáticas. Ella lleva en su corazón a sus seres queridos por siempre.

Es obvio que nadie más que la que ha llevado a su hijo en su vientre,  puede saber lo que sucede con él, la forma de educarlo y orientarlo. Esto no puede sustituirse con el mejor centro de estudios o el especialista mejor calificado en educación infantil. La Madre es la Madre.

LA MADRE EN LA SOCIEDAD ACTUAL

mujer trabajando

Aquella mujer que ha tenido que trabajar y está sola para sostener su hogar, tiene que oficiar de padre y madre a la vez, y a veces le toca hacer los sacrificios más terribles. Una tarea titánica que pocos hombre podrían llevar a cabo con altura, salvo honrosas excepciones.

La mujer debe regresar al seno del hogar, no porque se la quiera rebajar, sino porque lo que hace ella en su hogar, es insustituible. Su ausencia nos está llevando a la bancarrota como sociedad. La juventud hoy día ya no quiere estudiar, porque ha sido educada en falsos valores que son la base de esta sociedad.

No es que la mujer deje su carrera abandone sus estudios o el trabajo, se trata de restituir los valores femeninos, que momento en momento abandonamos por descuido, por complejos de sumisión, por incapacidad o imposición social o económica. Lo cierto es que la mujer ya no está más en el hogar.

El hada que hacía borrar las lágrimas de los rostros de los niños con un beso, ha sido sustituida por una bruja “buena”, que le enseña picardías al niño en el celular. Esa varita mágica que conduce a los niños o a los adolescentes y les da alas para  que se animen y que sepan diferenciar lo malo de lo bueno, y lo bueno de lo malo, casi sin que se note, ésa tampoco está. Desapareció aquel bastión que  nos animaba y nos alentaba en los momentos difíciles de la vida. Ahora solo tenemos aparatos que nos guían a control remoto y las citas programadas de los que se casan por internet. Nos olvidamos de nuestro Espíritu, de los valores de la Conciencia, de ser sanos y tener sentimientos puros.

El ser Madre es poseer un método sorprendente para enseñar, adivinar lo que se le atraviesa por la cabeza al hijo sin que él lo diga, y aplicar una didáctica diferente para cada para momento. Poner aquel ingrediente que  precisa con diplomacia, en forma personalizada, para que broten los valores que van a forjar su alma.

A todo esto es lo que se le llama amor, y ella lo tiene encarnado.

CONCLUSIÓN

En resumen, Madre es aquella capaz de unir lo físico con lo espiritual y forjar hijos para Dios. Es, el Ser Madre, una profesión que nadie nos enseña porque nadie sabe como se ejerce. Y tendría que ser la carrera más exigente y con más preparación y dedicación que existiese.  Y sobre todo tener una inclinación, una vocación tan grande, porque en ella está el destino de la humanidad.

El ser Madre es sacrificio pues de otra forma no es posible tener una buena educación. Por último, concebir y dar a luz a un niño es fácil…lo que es terriblemente difícil es ser Madre de verdad. Madre es la que se inmola en la dedicación en la salud y la enfermedad, la que le entrega su tiempo y su vida al hijo. Madre en la entrega, Madre en el amor, y Madre en la  renuncia.

Desde la Cultura Gnóstica, en el Día de la Madre, mandamos un gran saludo a estos grandes seres, con tan Sagrada Predestinación.

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